Resumen:
- Existe una costumbre mundial de tomar jugos de fruta. Exprimido, licuado o batido, lo cernimos y nos tomamos ese extracto.
- Existe la creencia ancestral de que todo esto nos da los nutrientes de la fruta de forma directa. Si hay algo en lo que nuestros antepasados se equivocaron, fue en esto.
- Recordemos que genéticamente somos cavernícolas aún. El hombre de las cavernas si llegase a comer una fruta eventualmente las comía enteras. Nunca como un jugo o zumo.
- Ahora sabemos que cuando preparamos un jugo se separa la pulpa (cargada de fructosa) de la fibra. La fructosa es un tipo de azúcar de muy alta absorción que si no está en contacto con la fibra se absorberá directamente por la circulación digestiva muy rápidamente causando que el páncreas (en desesperación) libere mucha insulina haciendo que suban los niveles de glucosa en sangre. Esta insulina va a tomar la fructosa, la va a llevar al hígado, la va a metabolizar, la convertirá en trigliceridos y estos van a ser depositados en tu hígado y en los tejidos de tu cuerpo.
- ¿Un vaso de jugo de frutas me puede elevar los trigliceridos, me hará engordar y hacer sentir mal? Si, rotundamente si. Debemos recordar que esta costumbre la mantenemos varias veces al día durante muchos años y a veces durante toda la vida.
- ¿Entonces no debemos tomar nunca más en la vida jugos? Si lo haces eventualmente no se dañará tu metabolismo. Pero si lo haces costumbre si.
- La fruta es para comérsela. Al tener la fibra y la fructosa juntas se hará una absorción lenta al contrario de cuando bebes jugo.